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- Escrito por Miguel Vera Artázcoz Miguel Vera Artázcoz
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El sábado pasado nos reunimos en Taichung para hablar del libro Retrato de Shunkin, de Junichiro Tanizaki. La cita era en el restaurante UZO a las 20:00h. Allí nos presentamos José, Pablo con Dulce y Paula, Paco, tres Migueles, Ernesto, Cristóbal, Antonio y Aureliano. Unos picamos algo y otros tomaron alguna bebida mientras esperábamos a estar todos.
Acabada la cena, fuimos andando el pub Frog. Para entonces se habían incorporado al grupo Mercedes, Nikhil e Iris. La conversación sobre el libro la inició José. Comenzó por hacer una defensa de la literatura y el buen gusto y, en ese contexto, nos presentó al autor del libro y justificó la elección de esta obra. Al terminar, cedió la palabra a otros. A partir de ese momento empezó un largo y entretenido debate. Estuvimos más de tres horas hablando de Retrato de Shunkin. Primero dentro del local, y después en la terraza, cada cual aportó sus puntos de vista. Creo que tratamos todos los aspectos posibles: hablamos del autor, de la calidad literaria del texto, del argumento, de los personajes principales, del contexto histórico, del mensaje de fondo... La conversación no decayó casi en ningún momento.
La opinión general es que se trata de un libro con belleza literaria y al mismo tiempo muy sugerente. Pienso que el debate principal, de fondo, se desarrolló en torno a los personajes centrales: Shunkin y Sasuke. Dos polos del devenir humano que se complementan alrededor del ideario del sacrificio y de la devoción. En torno a sus comportamientos hubo interpretaciones variadas, todas sugestivas. Hablamos, al comienzo, de estos personajes como un símbolo de la vida y del amor. Más adelante, entramos en el análisis de su personalidad, de las acciones de uno y otro y de la relación entre ambos. Luego ampliamos el debate al contexto de la época y del país en que se desarrolla la novela, y se escribe: Japón a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX. No hubo acuerdo en casi ninguna de las cuestiones que tratamos, lo que demuestra que se trata efectivamente de un libro, por lo menos, inquietante y, por lo tanto, interesante.
Unas intervenciones se fueron sumando a otras, de manera concatenada, sin solución de continuidad, a modo como el autor utiliza sus fuentes de información, variadas, y que integra para alcanzar un verdadero retrato de Sasuke. Por fin, una crítica que se le hizo, entre tanta variedad de elogios, como prueba del perspectivismo de la propia vida, fue la de no haber aprovechado hasta el final todas las posibilidades que ofrece su brillante argumento.
Antes de acabar, José nos recordó cuál es el libro elegido para la tertulia de Noviembre. Se trata de Orientalismo, de Edward W. Said. Es un clásico en los estudios de las relaciones entre Oriente y Occidente. Antonio se ofreció a complementarlo enviándonos algunos artículos de autores sobre el mismo tema pero con diferentes tesis. Nos levantamos todos con el buen sabor de boca que deja una larga conversación, rica en contenidos y desarrollada entre amigos. ¡Hasta la próxima!