El pasado 29 de abril, el Club del Vino celebró su XXIV cata en el restaurante Sabatini de Taipéi.

Se echó de menos a Joan Camps y a Catalina Shiao quienes no pudieron asistir y en su lugar tuvimos la grata presencia de Daniel García y Carmen Martín. También se aprovechó la ocasión para despedir a Iñaki Torrecilla, quien cambiará de sede laboral próximamente, agradecerle su presencia, su amistad y su gran disposición de contribuir positivamente al éxito del Club del Vino y de La Mesa Redonda.

Después de que nuestro presidente, Francisco Luis Pérez, se dirigió a los miembros con unas palabras de bienvenida y discurso acostumbrados, procedimos con la actualización de la cuota anual y con la presentación.

En esta ocasión se presentaron tres vinos aunque vale la pena mencionar que todos los vinos fueron comprados en Taipéi pues normalmente se escogen vinos que los miembros compran en España durante las vacaciones de verano.

El primer vino, presentado por quien firma esta crónica, fue Coma Alta, un blanco 2012 del Priorat Denominación de Origen: Mas d´en Gil, situado en Bellmunt del Priorat, uno de los nueve pueblos históricos de Tarragona. Se explicó sus características: vino mono-varietal de garnacha blanca, de cepas plantadas en 2000 y criado durante 6 meses en barricas de 500 litros. Este vino destaca porque su aroma recuerda el sotobosque y la flor del almendro. En el paso de boca presenta una estructura vertical y sutil, que termina con un lado mineral y un recuerdo salado. Sin duda este vino fue una buena apuesta para empezar la cata y fue muy bien recibido por todos los miembros.

El segundo vino, presentado por Daniel Rodríguez, fue Mas la Plana, un cabernet sauvignon 2011 de Bodegas Torres. Este vino, que en 1979 triunfara en una cata a ciegas en París contra los más afamados vinos del mundo, es uno de los más prestigiosos del grupo Torres. Dado que Robert Parker le dio 92 puntos y Peñín le otorgó 94, este vino prometía agradar al paladar más exigente y, como normalmente pasa en nuestras catas, cumplió su cometido. Con unos taninos y acidez finos y balanceados, el consenso de todos los participantes fue más que positivo.

Para cerrar la presentación con el tercer vino, el gran Marqués de Riscal, Gran Reserva 2006, nos fue presentado por José Miguel Blanco. Y de nuevo, como se esperaba, fue todo un éxito. Este untuoso y redondo vino ensambla las variedades de tempranillo, graciano y mazuelo, logrando un vino equilibrado y con un final persistente. En su elaboración se emplea uvas de viñas de más de 80 años, a partir de producciones propias o adquiridas a viticultores locales fijos. Seleccionado el vino para reserva tras la unificación de la cosecha, éste pasa a barrica de roble francés, donde permanecerá entre dos o tres años, más otros tres años en botella antes de su comercialización. No por nada, este vino recibió 92 puntos de Robert Parker en 2006 y ganó dos Medalla de Oro CINVE en 2005 y 2006.

En suma, fue una cata muy agradable, llena de camaradería, donde probamos varios tipos de uva: cabernet sauvignon, tempranillo, graciano, mazuelo y garnacha blanca, provenientes de dos regiones vitivinícolas tan distintas como Tarragona y La Rioja. Los caldos fueron tan buenos como los de catas anteriores que aunados a la exquisita comida del restaurante Sabatini, hizo de la Cata XXIV un verdadero oasis mediterráneo.