La vida es un misterio. Hemos oído con tanta frecuencia esta afirmación que, no es extraño que se nos
escape el verdadero significado de sus dos extremos: vida y misterio.
En la tarde del pasado día primero de mayo, pasé varias horas en el “Tien Educational Center” conversando con dos compatriotas nuestros de sencilla apariencia, pero de una vida sorprendente. Unos minutos antes de las cinco y media de la tarde, sonó el teléfono móvil del jesuita gallego P. Andrés Díaz de Rábago: “Padre, no se olvide que la Misa empieza en un par de minut
os”.
Andrés tuvo que dejarnos y continué conversando por un rato más con el otro jesuita, el extremeño P. Fernando Santiago Mateos Bacas. Se hacía tarde. Fernando me acompañó hasta el coche y como quien no puede aguantarse por más tiempo, me pregunta: “¿Por qué Andrés nos ha hablado de esa forma tan enérgica sobre el incidente de ‘Tien-An Men’?”